sábado, 31 de diciembre de 2011

Huertos ecológicos te desea feliz 2012

Desde la Dirección de Huertos ecológicos Alcorcón os queremos  felicitar el año 2012 y agradecer la fidelidad que nos habéis demostrado en todos estos años.

Un fuerte abrazo.


domingo, 25 de diciembre de 2011

La agricultura ecológica ayuda a detener la crisis climática


Como dice Edward Goldsmith, el calentamiento global es el más peligroso de los desafíos que amenaza a nuestra especie. Necesitamos formas de producir que combatan la crisis climática y que, además, ayuden a mitigar sus efectos.
En ese sentido, la agricultura ecológica es emblemática. Montse Escutia nos ayuda a entender por qué la agricultura orgánica es tan útil para plantarle cara al cambio climático.
 
La agricultura biológica es la solución a muchos de los problemas que asolan a la Humanidad. La agricultura ecológica es una respuesta eficaz y eficiente a la crisis climática
Vandana Shiva
 
El cambio climático no es algo nuevo. Que la agricultura biológica es el grano de arena que el campo podría aportar a este problema que afecta a todos los sectores productivos tampoco. Hace más de un año que el sector grita que además de las múltiples ventajas que supone para el medio ambiente y para la salud de las personas, además, contribuye a mitigar los efectos del cambio climático. Porque se aleja del modelo agrario productivista que consume grandes cantidades de combustibles no sólo para las labores del campo, sino para fabricar cantidades ingentes de abonos nitrogenados y pesticidas que luego van a parar a nuestros ríos y fuentes y se cuelan sigilosamente en nuestros alimentos.
UN MODELO QUE FALLA
Tradicionalmente la agricultura utilizaba la energía gratuita del sol para producir alimentos. Esto ha sido así hasta la llegada de la Revolución Verde. Antes del siglo XIX, en la agricultura tradicional, se empleaban entre 0,001 y 0,05 calorías para producir una de alimentos. Actualmente se emplean entre 0,2 y 0,5 calorías para producir una de patatas o de maíz. Y el balance se vuelve negativo si hablamos de la producción intensiva de carne (se gastan de 2 a 5 calorías para producir una) o llegamos a la friolera de 500 calorías invertidas para producir una cuando se trata de cultivar una lechuga en un invernadero en el norte de Europa.Una vez más, nos encontramos ante la evidencia de un modelo absurdo que pretende buscar soluciones al hambre en el mundo cuando el problema no ha sido nunca la capacidad de producir de la tierra sino la necesidad de satisfacer los caprichos de unos cuantos. El consumo de alimentos fuera de temporada, las dietas basadas en el consumo excesivo de carne y el transporte de alimentos a miles de kilómetros de sus zonas de producción en detrimento del consumo local… obligan a unos gastos energéticos que serían del todo innecesarios si el modelo fuese otro.
CÓMO LA AGRICULTURA CONTRIBUYE AL CAMBIO CLIMÁTICO
La agricultura contribuye a la emisión de tres tipos de gases que participan en el efecto invernadero: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O); y los datos hablan de una contribución de aproximadamente el 11% sobre las emisiones globales del conjunto de las actividades humanas.El CO2 se produce principalmente en el uso de la maquinaria agrícola y también en la obtención de pesticidas y abonos químicos, especialmente los nitrogenados. Debemos tener en cuenta que, para obtener una tonelada de abono nitrogenado, se necesitan tres toneladas de petróleo. Sin embargo, debemos considerar otro factor que ha contribuido en gran magnitud al aumento de los niveles de CO2 atmosférico. Se trata de la tala masiva de bosques para poner en funcionamiento nuevas tierras de cultivo. Los bosques son sumideros de carbono, es decir, los árboles absorben el CO2 de la atmósfera y lo transforman en madera. Cuando se tala, o principalmente se quema un bosque, todo el CO2 fijado en la madera se libera de nuevo a la atmósfera. El efecto es doble: por un lado se vuelve a emitir el CO2 anteriormente fijado y por otro se pierden grandes superficies de árboles consumidores de CO2. De esta manera desde 1850 una tercera parte del aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera es responsabilidad del cambio en el uso de la tierra.El metano es el tercer gas con efecto invernadero más importante de la atmósfera después de vapor de agua y el CO2. Sin embargo su potencial de calentamiento es superior al del CO2 y contribuye aproximadamente en un 15% al calentamiento global. La agricultura es la principal responsable de las emisiones de metano a la atmósfera especialmente debido a la cría intensiva del ganado y en menor medida al cultivo del arroz. El óxido nitroso contribuye en un 6% en la emisión de gases con efecto invernadero. El verdadero problema de este gas es que su potencial de calentamiento de la tierra es muy superior al del CO2 y al del metano. Las emisiones a la atmósfera de este gas provienen de procesos naturales, como la fijación de nitrógeno en el suelo por parte de las bacterias asociadas a las leguminosas, pero también tienen un origen antropógeno (estimado en un 41%), especialmente relacionado con los procesos de abonado nitrogenado ya sea de origen químico u orgánico y por tanto ligado a la actividad agraria.
LA GANADERÍA EN EL OJO DE MIRA
La FAO ya advirtió en su momento de algo que pudo sorprender a muchos: la ganadería industrial genera más emisiones de gases causantes del efecto invernadero que el sector del transporte. Las causas son diversas. Por una lado las tierras actualmente ocupadas por bosques que son destruidas para destinarlas a pastos o, lo que es peor, al cultivo de soja transgénica que después se utilizará en la elaboración de piensos. Por otro lado el estiércol producido por las grandes concentraciones de animales en las granjas intensivas emite oxido nitroso, especialmente perjudicial como ya se ha comentado.Por último, los sistemas digestivos de los rumiantes, en buena medida el de las vacas, originan metano que se libera a la atmósfera. Este es el origen de un 37% del metano que la actividad humana genera.Si tenemos en cuenta que la producción de carne ha aumentado espectacularmente en los últimos años y que está previsto que en el 2050 se haya duplicado, las expectativas no son muy alentadoras. Si a esto le sumamos las cifras de obesos y enfermos por causas relacionadas por un exceso de consumo de proteínas y grasas de origen animal en los países “más desarrollados”, una vez más nos volvemos a enfrentar a un modelo que no funciona y que hace aguas por todos los lados.Frente a esto, la ganadería ecológica, mucho más ligada al territorio, al aprovechamiento de tierras poco productivas y al uso de los recursos propios de la finca, ofrece un modelo de producción de carne que no permite su consumo diario, sino un uso más racional y más saludable de este alimento que representa un aporte a la dieta humana de proteínas de gran calidad. Aún más, la dieta de los animales ecológicos no se basa principalmente en piensos ricos en proteínas (procedentes de soja básicamente) como en las granjas convencionales, disminuyendo de forma eficaz las emisiones de N2O.
OBJETIVO: FIJAR CARBONO EN EL SUELO
Entre las muchas soluciones propuestas para la lucha contra el cambio climático existe una a la que la agricultura biológica puede contribuir en gran medida: el secuestro de carbono en las plantas y en el suelo.Las plantas, como todos los seres vivos, son almacenes donde el carbono se acumula. La ventaja de una planta, especialmente de los árboles, es que acumulan carbono de una forma mucho más estable en sus troncos y además a largo plazo. En el diseño de la finca agroecológica los árboles juegan un papel importante como elemento para incrementar la biodiversidad y suelen estar presentes formando parte de setos que separan unas parcelas y otras o en los bordes de los caminos. La uniformidad de los campos destinados al monocultivo, con grandes extensiones de cultivo mecanizado, han contribuido en nuestro país y en otros muchos lugares del mundo a eliminar los árboles que antaño se encontraban en márgenes y lindes de las fincas. La agricultura ecológica contribuye a recuperar ese modelo donde el árbol era protagonista proporcionando madera, sombra y, en muchos casos, frutos.El suelo también acumula carbono, en su mayor parte en forma de humus estable unido a las arcillas y formando el complejo arcillo-húmico. Hay pocos estudios al respecto y los valores de fiabilidad de los existentes es muy baja. Por ello resulta complicado dar datos. Lo que sí está claro es que el nivel de carbono que se acumula en un suelo ha de ser superior cuando se practica la agricultura ecológica y el incremento de la materia orgánica del suelo es un objetivo, que en la agricultura basada en la fertilización química donde no sólo los aportes de carbono son prácticamente inexistentes sino que se contribuye a degradar la materia orgánica que ese suelo haya podido almacenar durante siglos.Uno de los pilares de la agricultura ecológica es el uso de materia orgánica como base de la fertilización. Esta técnica tiene como resultado un doble objetivo: por un lado mejorar la fertilidad química del suelo, es decir, mejorar su contenido en nutrientes para que luego las plantas los puedan utilizar y producir más; y, por otro, mejorar la fertilidad física del suelo, o lo que es lo mismo, mejorar su estructura para facilitar el desarrollo de las raíces, la circulación del agua y del aire, todos ellos aspectos básicos para el buen crecimiento y desarrollo de las plantas.Además del abonado orgánico, otra técnica ampliamente utilizada en agricultura ecológica es la rotación de cultivos. Esta práctica también tiene efectos positivos para la lucha contra el cambio climático puesto que se ha visto que contribuye a aumentar la biomasa radicular además de prevenir las pérdidas de nitrógeno a la atmósfera.
UN CONGRESO
El 17 y 18 de abril tuvo lugar en Clermont-Ferrand (Francia) un congreso internacional sobre “Agricultura biológica y cambio climático”. El objetivo del encuentro, tal como anunciaban sus organizadores, era: “Reunir a un cierto número de expertos para hacer balance sobre los conocimientos científicos existentes y discernir los resultados verificados a partir de aspectos reconocidos, y esto a escala internacional. Este encuentro ayudará a tomar consciencia sobre las consecuencias de nuestros comportamientos y de nuestra manera de vivir, tanto local como mundialmente”.El congreso contó con la presencia de 224 profesionales y científicos de más de 20 países. Nadia Scialabba, representante de la FAO, puso de manifiesto lo poco presente que ha estado hasta ahora la agricultura en los congresos y encuentros sobre cambio climático a pesar del importante papel que ésta juega.Como conclusión del congreso, señalamos: la agricultura ecológica emite menos gases con efecto invernadero que la agricultura convencional por unidad de superficie. Esto se debe principalmente al no consumo de abonos químicos, a la menor emisión de N2O debido a un menor uso en global del nitrógeno y en forma que ocasiona menos pérdidas a la atmósfera y a un secuestro de carbono superior al de la agricultura convencional como media.La generalización de técnicas como el compostaje, la rotación con leguminosas o una mejor gestión del nitrógeno ayudarían a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.Nuestros hábitos alimentarios y nuestras actitudes de compra también son importantes: ir en coche a comprar supone un 11% de las emisiones de gases con efecto invernadero si se analiza en conjunto la cadena agroalimentaria, según el Instituto Francés del Medio Ambiente. El consumo de productos fuera de temporada, el exceso de envases, de productos preparados y especialmente el abuso en el consumo de carne de granjas intensivas también fueron apuntadas en el congreso como acciones cotidianas de gran impacto para el cambio climático.Y finalmente se puso de manifiesto la necesidad de abordar el problema de forma global y ver las múltiples ventajas que ofrece la agricultura ecológica, entre las cuales la lucha contra el cambio climático tiene una relevancia decisiva.
LOS CONSUMIDORES…
Una vez más la pelota está en nuestro tejado, en el de los consumidores. El cambio climático sí es un problema en el que el comportamiento de los ciudadanos va a tener grandes repercusiones en el éxito o el fracaso de los objetivos y protocolos propuestos por los dirigentes de nuestros países. A nivel de la alimentación la apuesta es clara y los consejos, sencillos:1.- Disminuir el consumo de carne y elegir siempre carne de producción ecológica.2.- Consumir frutas y verduras de temporada que no sea necesario producir con grandes esfuerzos energéticos (invernaderos) o traer de otros países lejanos.3.- Consumir productos locales para minimizar el transporte de alimentos a largas distancias a nivel mundial4.- Elegir productos frescos en lugar de productos congelados o transformados.5.- Consumir alimentos ecológicos o producidos en economías de pequeña escala de tipo familiar.6.- Comprar en la tienda más cercana en lugar de coger el coche para desplazarnos a las grandes superficies.

Montse Escutia es ingeniera agrónoma de la Asociación Vida Sana

jueves, 15 de diciembre de 2011

Las "Malas Soluciones Quimicas"



Cada año los plaguicidas producen 3.000.000 de envenenamientos directos y más de 200.000 muertes. Eso significa 660 muertes al día o 25 muertes por hora. Solo en estados unidos se diagnostican 6.000 casos de cáncer al año debido a los plaguicidas. Podemos encontrarlos hasta en el último rincón del planeta incluida la leche materna, las papillas infantiles y toda clase de alimentos. Cada año se fabrica y emplea medio kilo de plaguicidas por habitante. Por muy grande que sea el planeta, es una cantidad exorbitante que año tras año va envenenando un poco más el sitio donde vivimos.
Cuando se producen contactos masivos con un plaguicida se generan crisis muy fuertes, observándose su efecto de inmediato, pero lo mas peligroso es cuando a base de pequeñas dosis se van acumulando en el organismo (muchas sustancias además de persistentes, son bioacumulativas y el cuerpo o puede eliminarlas), generando afecciones crónicas que no relacionamos con los plaguicidas, pero van agravándose hasta llegar a concentraciones criticas que producen alteraciones irreversible de algún órgano. Según el consejo de Europa, a los plaguicidas se les relaciona con patologías cancerigenas, mutagénicas, teratogénicos, de reproducción y que afectan a los sistemas inmune, endocrino, renal y hepáticos.
Solo un 10 % de los principios activos de los insecticidas de síntesis han sido investigados en sus efectos sobre la vida del suelo o en la salud de los consumidores. Además, las industrias que fabrican los agroquímicos no investigan las sinergias, consecuencia de las mezclas aleatorias que hacen los agricultores, o las que producen al consumir alimentos tratados con varios plaguicidas;  creando combinaciones de principios activos no previstas por los fabricantes y no estudiadas en el laboratorio.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Cursos sobre agricultura ecológica y medio ambiente


En Enero empezamos nuestra nueva actividad. Cursos en nuestra aula medioambiental sobre agricultura ecológica y medio ambiente. Solicita información e inscríbete.






jueves, 1 de diciembre de 2011

Bancales en Huertos Ecológicos


BANCALES ENLADRILLADOS.

En los últimos años se han popularizado los bancales cerámicos o enladrillados, debido a que resultan fáciles de elaborar y requieren menos mantenimiento que los clásicos bancales elevados. Entre las ventajas de los bancales cerámicos, podemos destacar que facilitan las labores de siembra, de trasplante y de mantenimiento del huerto, al permitir elevar un poco mas los bancales ( 50-60 cm ); evitan el derrumbe de los laterales de los bancales sin elementos de retención-aunque, una vez están los bancales en pleno cultivo, esto es poco frecuente en las tierras francas, pero suele ser un problema en las tierras arenosas-; permiten aprovechar la máximo el espacio disponible reducen los trabajos de desherbado.
Para realizar los bancales cerámicos, podemos colocar unas paredes a modo de soporte lateral de los bancales, recurriendo a ladrillos cerámicos tipo “machi-hembrado” que hallamos a buen precio en las tiendas de materiales de construcción y que podemos conseguirlos con dimensiones de mas de 1m de largos y unos 50 o 60 cm de anchura (que al ser colocados horizontalmente, determinaran la altura de los bancales).
Para que se mantengan rectos y no se caigan con la presión de la tierra de los bancales, haremos una pequeña zanja y enterraremos una parte del ladrillo en el suelo ( entre 5 y 10 cm ) y los sujetaremos con unas estacas de madera o de metal, que clavaremos en las esquinas y en las uniones entre ladrillos.
El resto de los labores de acondicionamiento, laboreo y aireación de la tierra, siembras, trasplantes, acolchados, enturorados…son similares a los descritos para los bancales elevados o para las paredes en crestall.

 BANCALES PARA TRABAJAR DE PIE.

La construcción de bancales elevados a unos 70cm de altura ( altura habitual de una mesa), mediante muros de contención de la tierra del bancal ya sea de ladrillo u otros materiales como troncos de madera, además de evitar la evaporación del agua por los laterales de los bancales, permite trabajar los bancales perfectamente de pie y con la espalda recta. Es un sistema muy recomendable para personas con problemas de espalda o hernias discales  y para las personas de edad avanzada que les cuesta mantener ciertas posturas. En el mercado también podemos hallar mesas de cultivo ya prefabricadas y listas para montar en casa. Suelen ser de chapa galvanizada resistente y duradera. El único problema es que hay que vigilar la deshidratación, puesto que la mayoría tienen poca profundidad de tierra o de sustrato de cultivo ( 15-20cm) y en periodos estivales, si falla el riego, en menos de una semana podemos perder la plantación.


BANCALES, RIEGO POR GOTEO Y ACOLCHADO

El cultivo del huerto en bancales en los que se combina la colocación del compost sobre la tierra ( sin mezclarlo con ella), el riego por goteo y acolchado con paja, crea una sinergia positiva que da lugar a varias ventajas: por un lado la tierra es mas fácil de mantener siempre adecuadamente regada y las mangueras de goteo interlinea pueden conectarse a un programador de riego electrónico que abra y cierre el riego en función de las condiciones climáticas, con el consecuente ahorro de agua . Esto ofrece la posibilidad de ausentarnos temporadas largas sin que se echen a perder los cultivos por falta de riego. Además, el acolchado, al evitar la evaporación, nos permite ahorrar agua y también nos evita el trabajo de desherbar, pues la sombra de la paja no deja nacer adventicias.